“Permanecer en Dios implica salir hacia nuestro prójimo, caminar tras Jesús; pues la fe crece cuando se comparte.”

SABADO 02 DE SEPTIEMBRE DEL 2017

EVANGELIO
[Como has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor.]
Del santo Evangelio según San Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor”. Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor”. Finalmente se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán; ¿conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque el que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas, allí será el llanto y el rechinar de dientes”. Palabra del Señor

REFLEXION
La fidelidad no consiste en “conservar” la fe, sino en “compartirla”, y dejar que sea enriquecida por las experiencias que Dios nos va regalando en nuestra historia. En este sentido ha dicho el papa Francisco:
“Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo: prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”. (Evangelii Gaudium 49)
Muchos acusan a la Iglesia de “estar estancada en el pasado”, sin embargo, cualquiera que estudie un poco de historia se dará cuenta que la Iglesia ha evolucionado enormemente; pues la fidelidad exige, caminar tras Jesús, observar las luces de Dios en la historia que nos van marcando el camino. Este movimiento al que nos impulsa la fe no ha de terminar si queremos seguir siendo fieles.
En el Evangelio, el empleado que menos recibió tuvo miedo y quiso “conservar” lo que había recibido. Por ello, Dios lo condena, pues no se trataba de conservarlo, sino de hacerlo fructificar y crecer.
Lo mismo nos pedirá Dios con el amor que regaló a cada pareja casada, con los hijos que les encomendó, con la gracia sacerdotal, con nuestra relación con Él como hijos que nos regaló en el bautismo… con nuestras capacidades y virtudes.
Salgamos, salgamos a compartir con alegría lo que para los demás hemos recibido de Dios. Recuerden que si nuestros dones no crecen y fructifican, sino solamente “se conservan”, entonces no hemos sido fieles a nuestro Padre Dios.

Creo Señor, pero aumenta mi fe,

Pbro. Héctor M. Pérez V.